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En instalaciones de extensión de RF mediante fibra óptica, es común la duda referente al tipo de conectores de fibra a utilizar. La aparente compatibilidad mecánica entre alguno de ellos, lleva incluso al no funcionamiento de la red planteada.
Y es que los conectores de fibra se denominan mediante la combinación de dos acrónimos: El que hace referencia al tipo de conector y el que hace referencia al tamaño y pulido de la “ferrule” de fibra.
El primero es el que nos indica si el conector es roscado o si dispone de otro tipo de fijación. El segundo acrónimo indica el tipo de pulido de la fibra: chaflán (APC_Angle Physical Contact), recto (PC_Physical Contact), con “air gap”, etc.
Por ejemplo la conexión, aparentemente válida, de una fibra dotada de un conector macho SC/PC con un dispositivo con un conector hembra SC/APC hace que la señal se degrade totalmente ya que la compatibilidad entre ambos conectores ha de ser tanto a nivel de fijación como a nivel de pulido.
Siempre la opción de 900 micras, ya que esta es la más fácil de manipular. La variante de 250 micras tiene su origen en la reducción del precio de mercado (para economizar las instalaciones), si bien, esto repercute en un claro incremento de cara a la mano de obra de instalación (ya que su manipulación resulta más compleja, ante la estrechez de la fibra, y por tanto su manipulación de cara al pelado, cortado y conectorizado o proceso de fusión).
Sí. Antes de conectar equipos ópticos entre sí, debo analizar el nivel de potencia óptica de salida que genera el emisor, y tras eso, calcular el nivel de señal óptica con la que voy a llegar al receptor. En los manuales de instrucciones de los equipos, se establecen los valores de salida y entrada máximos y mínimos que establecen los equipos. Deberé asegurarme siempre de no entregar a un receptor óptico más señal de la que puede recibir, ya que eso dañará el receptor óptico. Para solventar esta posible problemática, se comercializan atenuadores ópticos de 5, 10 y 15dB.
Si. La suciedad sobre el núcleo de un conector provoca que la luz no pueda seguir su camino, ya que se detiene sobre la suciedad. Esto genera un aumento de la temperatura en dicho punto (directamente proporcional al nivel de salida óptica que disponga el emisor óptico). Tras el paso del tiempo, esta situación generará la degradación de la ferrule, y por tanto, el fallo o atenuación mayor de la señal.
Todas poseen un diámetro de 125micras (independientemente de la protección que posean por encima de esta medida), si bien, las monomodo poseen un núcleo de 8,9 o 10 micras, mientras que las multimodo poseen un núcleo de 50micras o bien de 62,5 micras
La suciedad. Esta afecta al 95% de los fallos existentes en los equipos ópticos. Resulta básico el limpiar siempre, de forma metódica, todo conector que vayamos a instalar (aunque sea nuevo).
La fusión mediante una fusionadora, garantiza la medida de atenuación generada en dicho punto, mientras que en un empalme mecánico no disponemos de ninguna garantía para su correcto funcionamiento (tendremos que medirlo a posteriori).
Si, la fibras óptica resistente bien la tracción longitudinal, si bien, en caso de que las enrosquemos sobre si mismas (por un incorrecto des-bobinado) no. Esto suele originar daños prematuros en cuanto sometemos a tracción la misma fibra. Es importante extraer de forma longitudinal, la fibra de la bobina.
No. La alimentación de los LNBs siempre se lleva hasta ellos, de forma paralela a la fibra. Dicha alimentación se lleva a través de un cable coaxial, hasta al LNB óptico. Por tanto, los LNBs Ópticos disponen siempre de dos conectores (uno del tipo “F” para la alimentación, y otro del tipo FC/PC para la fibra óptica).
No. El motivo pasa no sólo porque dispongan de diferente tipo de conectorización (El T0X dispone de conectores SC, mientras que la gama de LNBs ópticos dispone de conectores FC). Sino porque además de poseer diferentes conectores, poseen las ferrules de cada conector poseen diferentes pulidos (APC para la gama T0X, y PC para la gama de LNB óptico).
Se trata de una gama plug&play. Actualmente se dispone de la gama completa del producto (latiguillos preconectorizados, repartidores, atenuadores, mezcladores de señal terrestre y de satélite...). Toda una completa gama que permitirá al instalador ofrecer un presupuesto cerrado.
Una de sus principales virtudes es la escalabilidad del producto. Esto quiere decir, que una vez adquirido un conjunto de módulos, siempre podemos añadirle más, en caso de que sea necesario, sin tener que retirar el producto de que disponemos.
Desde el conmutador hasta la toma de R-TV-SAT, la longitud máxima aceptada, para que la conmutación sea correcta, es de 100m de cable coaxial. Dicha medida, se ha comprobado con los receptores de Televés, por lo que no podemos garantizar que esta distancia se pueda mantener para todos los receptores del mercado (dependerá de los niveles de tensión que aporte cada receptor).
El sistema Multimat permite agrupar un montaje máximo (lateralmente) de hasta 4 módulos. Esto permite al usuario final acceder a 4 satélites diferentes, pudiendo seleccionar cualquiera de las 4 polaridades que posee cada satélite (un total de 16 polaridades). Además de estas, en la toma de usuario, podremos disponer de señal de TV Terrestre, si la mezclamos mediante un combinador (5 módulo montado en horizontal). El montaje de más unidades principales en la vertical, nos permite ampliar el nº de tomas o usuarios a los que queremos dar servicios. Con suma facilidad, se puede dar servicio completo de 4 satélites, a un total de 32 usuarios.